martes, febrero 22

Ocho años y contando…


Por Daniel G. Martínez

A partir de que culminó la II Guerra Mundial, los Estados Unidos comenzaron a promover la institución de un nuevo orden mundial que permitiera unicamente su visión de la historia, suscitaron una disputa agresiva en defensa de su interés nacional, utilizando verdades a medias para justificar sus actos -intervenciones militares y otras violaciones al derecho internacional- que de otra forma, hubieran sido inexcusables.
            El 20 de marzo próximo se cumplirán ocho años desde que se lanzó la ocupación estadounidense al pueblo islámico-iraquí, ocupación que fue disfrazada de “liberación” de un régimen autoritario, antidemocrático y terrorista. Ésta incursión militar, desde el primer día causó interés en la comunidad internacional, no sólo por las repercusiones que tendría en los precios del petróleo o por la pronta participación de diversos Estados occidentales como Reindo Unido y España, sino porque además sería junto con Afganistán, parte de la primer guerra del nuevo milenio; la primer “gran guerra” a favor de la libertad y la democracia, misma que “en su concepción, es necesaria en Medio Oriente para garantizar la seguridad de propios y aliados… De ahí la consigna "la paz en Israel pasa por Bagdad"”.[i]
Bien sabido es que el ataque que comenzó en 2003, no ha sido el primero en la historia por parte de los Estados Unidos hacia el Medio Oriente; ya en el siglo pasado tuvo intrusiones como fue el caso de Kuwait, Afganistán y otros países, de los que intentó obtener sus recursos y un área de influencia decisiva en ésta zona para utilizarla como un sitio estratégico a manipular en futuros conflictos. La invasión portó la bandera de la defensa de la seguridad mundial y del pueblo iraquí, debido a que supuestamente el régimen del dictador Sadam Hussein fabricaba armas de destrucción masiva. Dicho arsenal que nunca fue encontrado, fue la apología a las muertes de civiles que superaron al promedio diario que se daba durante el mandato de Hussein (36 "muertes violentas" en promedio por día[ii]).
Las bajas iraquíes permiten una comparación aún más cercana con la II Guerra Mundial, “aun si aceptamos la más conservadora de las estadísticas sobre civiles muertos –van de 350 mil a un millón–, ésta rebasó hace mucho tiempo el número de civiles británicos muertos en los bombardeos alemanes a Londres en 1944-45 (6 mil) y ahora excede con mucho la cifra total de bajas civiles en bombardeos en todo el Reino Unido –60 mil 595 muertos, 86 mil 182 heridos graves– de 1940 a 1945.”[iii]
Comparado con los peores momentos de Hussein que, si bien no fue un gobernante favorecedor a su pueblo, el nivel de vida de los iraquíes hasta la fecha no ha mejorado en ningún aspecto desde la llegada de las tropas británicas y estadounidenses. Los intereses económicos de Estados Unidos sobre Irak son sabidos por toda la comunidad internacional y al parecer no ha bastaron las duras críticas para que George W. Bush (el mismo que aseguró hablar con dios[iv]) retirara sus tropas, quizás se le olvidó que al inicio de la invasión aseguró que regresaría la soberanía a Irak en 2004, un año después. Tuvo que haber un cambio de administración para que EUA saliera de aquel país vejado. Esta actitud mesiánica de la que hablan los expertos, puede ser explicada con las palabras de Tomás de Aquino: “el orden natural que conduce a la paz entre los mortales, exige que el poder de declarar y de recomendar la guerra recaiga en manos de aquellos que detenten la autoridad suprema”[v]
Hoy por hoy es risible hablar de estabilidad en Irak después de que un conflicto bélico acabó con la infraestructura de un país ya de por si desigual, donde no existen para todos ni siquiera servicios básicos como los son agua, electricidad, etc. Se utilizaron infinidad de recursos para someter por completo a los insurrectos que no cedían al gobierno impuesto ni a la coalición invasora, adoptando “nuevas tácticas de contrainsurgencia, incluida la utilización de antropólogos…”[vi] y gracias a esto el ejército de Estados Unidos logró algunos éxitos en Irak, insuficientes por cierto para anunciar en su momento un balance a su favor.
            Dado que nuestro vecino del norte, hegemón beligerante, tiene un interés quasi único en el poderío económico, y como es sabido por todos que la solución a los problemas sociales no siempre trae consigo una ganancia económica, es difícil que buscara una salida que beneficiara por igual a los pueblos iraquíes (sunitas, chiítas, etc.) que en conjunto se siguen deshaciendo en batalla, muy a pesar de que Barack Obama retirara sus tropas de la llamada "Operación Libertad Iraquí" el 19 de agosto del año pasado. Fue en buena medida la “ignorancia estratégica”[vii] utilizada en su discurso por parte de los neoconservadores estadounidenses, que siguen manteniendo una gran porción del gobierno de su nación, la que les ayudó a que se mantengan en el poder y que si bien el excandidato presidencial republicano, John McCain (abanderado de Bush) la tuvo difícil contra los demócratas, le ayudó durante la contienda contra Obama; los partidarios de la derecha norteamericana han estado cegados por los medios de información: Aquí, la guerra de Irak es un “éxito notable”. El calentamiento global no existe. Europa se transformará en califato. Y yo no puedo huir”[viii]
            De la guerra preventiva donde se utiliza el principio de que la mejor defensa es el ataque, en un contexto en el que ambos bandos se encuentran atemorizados, producto de la competencia de la que habla Hobbes: “…tres causas principales de discordia, primera competencia (que impulsa a los hombres a atacarse para lograr un beneficio); la desconfianza (para lograr seguridad), la gloria (para ganar reputación)…[ix] Torturas, asesinatos, violaciones e inestabilidad en todos sus ángulos fue lo más que ofreció el ejército de Bush y Cía. (que no CIA, aunque también) a la desgastada población de Irak, a Hussein lo condenaron a la horca más que por castigo a su mal gobierno o por dictador o por crímenes de lesa humanidad, fue como una forma de demostrar que Estados Unidos puede y seguirá haciendo lo que le viene en gana, con o sin el permiso de la Organización de las Naciones Unidas.
            ¿Y qué sigue a todo esto? Pues todas las sacudidas del Magreb y cercanías, Somalia, Irán como siempre en la mira, Afganistán hundiéndose en la pobreza y con ya una década de intervención, pésimos por no decir nulos servicios en Irak, parte del Medio Oriente con sus ricos yacimientos de petróleo bajo el control de Estados Unidos y su delirio de persecución y miles de millones de dólares invertidos en su jugoso negocio que es la guerra. Tal parece que las palabras de San Agustín: “…fin del mal, no aquel que deja de ser, sino aquel hasta donde llega causándonos daño…”[x] tomarán forma en la vida real, gracias a la invariable presencia de esa potencia decadente.



[ii] Lara, Resende Juliana. “IRAQ: Nadie cuenta a los civiles muertos”.  Inter Press Servuce. http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=38005
[iii] Fisk, Robert.”Irak sólo aprendemos que nunca aprendemos”, The Independent, traducido por Jorge Anaya publicado en el diario La jornada. 19 de marzo de 2008
[iv] Fresneda, Carlos. “El dios de Bush”. El mundo. http://www.elmundo.es/cronica/2003/386/1047216992.html
[v] Tomas de Aquino. De la Guerra en Vásquez, John. Relaciones Internacionales. El pensamiento de los clásicos, México, Limusa, 2002. pág. 28.
[vi] Gresh, Alain. “¿Ganará la guerra Estados Unidos?”,  Le monde diplomatique, Marzo de 2008
[vii] Veáse Curzio, Leonardo. “Ignorancia estratégica”, Norteamérica, Año 2, número 1, enero-junio de 2007
[viii] Hari, Johann. “La nave de los locos”, Le monde diplomatique, Marzo de 2008
[ix] Hobbes, Thomas. Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil. México, FCE, 2003. pág. 102.
[x] San Agustín. Libro XIX en La ciudad de Dios. México, Porrúa, 198. pág. 467

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